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Un nuevo sistema computacional utiliza datos de satélite para identificar los lugares de la tierra donde la gente se deshace de los residuos. Esto proporciona así una nueva herramienta para controlar los residuos y revelando los lugares que pueden filtrar plástico en las vías fluviales. 

Los investigadores Caleb Kruse, de Earthrise Media, de la Universidad de Berkeley; el doctor Fabien Laurier, de la Fundación Minderoo en Washington (Estados Unidos), y sus colegas presentan este método en la revista de acceso abierto PLOS ONE.
 
Cada año, millones de toneladas métricas de residuos plásticos acaban en los océanos, perjudicando a cientos de especies y sus ecosistemas. La mayor parte de estos residuos proceden de fuentes terrestres que se filtran en las cuencas hidrográficas. Para hacer frente a este problema es necesario conocer mejor los lugares en los que la gente se deshace de los residuos en tierra, pero faltan recursos para detectar y vigilar esos lugares, tanto los oficiales como los informales o ilegales.
 
En los últimos años, el uso de herramientas informáticas conocidas como redes neuronales para analizar datos de satélite ha demostrado su gran valor en el campo de la teledetección. Basándose en ese trabajo, Kruse y sus colegas desarrollaron un nuevo sistema de redes neuronales para analizar datos de los satélites Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea y demostraron su potencial de uso en la vigilancia de vertederos en tierra firme.
 
Para evaluar el rendimiento del nuevo sistema, los investigadores lo aplicaron primero a Indonesia, donde detectaron 374 vertederos, más del doble de los registrados públicamente. Ampliado a todos los países del sudeste asiático, el sistema identificó un total de 966 vertederos (casi el triple de los registrados públicamente) cuya existencia se confirmó posteriormente por otros métodos.
 
Los investigadores demostraron que su nuevo sistema puede utilizarse para vigilar los vertederos a lo largo del tiempo. Además, demostraron que casi el 20% de los vertederos detectados se encuentran a menos de 200 metros de un curso de agua, y que algunos de ellos se vierten visiblemente en ríos que acaban desembocando en el océano.
 
Estos resultados, así como los que se obtengan en el futuro utilizando este sistema, podrían ayudar a fundamentar las políticas de gestión de residuos y la toma de decisiones, señalan los investigadores. Los datos están a disposición del público, por lo que las partes interesadas pueden utilizarlos para promover medidas en sus comunidades. De cara al futuro, los investigadores tienen previsto perfeccionar y ampliar a escala mundial su nuevo sistema de vigilancia de vertederos.
 
Para los autores, "por primera vez, Global Plastic Watch dota a gobiernos e investigadores de todo el mundo de datos que pueden orientar mejores intervenciones de gestión de residuos, garantizando que los residuos terrestres no acaben en nuestros océanos", concluyen. 
 

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