Esa nueva forma de gestión debe ser atendida como lo imponen sus características y significación real
En el entramado económico cubano, la aparición de los trabajadores no estatales en la ejecución de múltiples actividades devino reto para la labor sindical, pero la aparición de las micro, medianas y pequeñas empresas (mipymes) lo multiplican en grado superlativo y define un camino que resulta necesario recorrer sin demasiada lentitud.
Muchas veces he escuchado en análisis sobre el tema que “deben nacer bien”. Y es enteramente cierto. No pueden darse bandazos al respecto y tienen que ser atendidas como lo imponen sus características y significación real.
No debe dejar de considerarse que la afiliación de los trabajadores no estatales nunca ha logrado los niveles requeridos ni orientados. Algunos sindicatos han hecho un esfuerzo tremendo que ha posibilitado mejores resultados al respecto y otros no tanto.
No resulta difícil llegar a un sitio donde laboran los denominados cuentapropistas (calificativo que ciertamente no me agrada) y al conversar con algunos de ellos manifiesta que “el sindicato nunca ha estado por aquí” (se refiere por supuesto a algún cuadro).
Esa y otras razones trascendentales como garantizar la atención debida a quienes se desempeñan en el sector no estatal y fortalecer el trabajo político e ideológico para promover el colectivismo, la solidaridad y las conductas éticas, deben ocupar de manera prioritaria a los dirigentes sindicales a todos los niveles, como acentuaron recientemente en un análisis al respecto efectuado en la provincia de Cienfuegos.
Este territorio tiene registrados en la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) 21 mil 535 personas en esa forma de gestión, cifra evidentemente notable, y ya cuenta con 40 mipymes; de ellas, 39 son privadas y una estatal. Fue aprobada además, una cooperativa no agropecuaria. Esos nuevos actores económicos se dedican a la producción y comercialización de alimentos; fabricación de materiales de la construcción, pienso, calzado, cerámica y otros renglones; servicios de reparaciones, construcciones, impresión, informática y otras actividades, y reciclaje. Nótese la diversidad.
En el análisis insistieron en lo necesario que resulta priorizar la creación de las estructuras sindicales. Hoy cuentan con ellas solo quince mipymes, con ocho secciones y siete delegados, y un total de 220 trabajadores afiliados, de los mil 064 incorporados.
Resulta imprescindible entonces mantener un sistema de chequeo periódico de ese asunto, para lo cual deben prepararse adecuadamente los cuadros en el dominio de la legislación aprobada.
Al sindicato nada le es ajeno, y no debe suceder con las mipymes lo que ha ocurrido con los trabajadores que forman parte de la gestión económica no estatal, en cuanto a la afiliación y funcionamiento.
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