En diversas localidades en el mundo es casi imposible contar con acciones de reciclaje, dando paso al incremento del plástico y por consecuencia amenazando silenciosamente la salud y el ambiente.
Hace una semana, investigadores de la Universidad Libre (VU) de Ámsterdam (Vrije Universiteit) detectaron microplásticos en la sangre humana, lo cual nos hace reflexionar sobre el presente y futuro no solo del planeta, sino de la humanidad. Es urgente frenar la contaminación por plásticos y la OMS, que la considera un problema, aconseja reducir el uso de este material y mejorar las iniciativas de reciclaje. Junto a ello, es imprescindible que se realicen chequeos rutinarios de microplásticos en el agua.
Los microplásticos se hallaron en lugares muy lejanos del planeta como la montaña del Everest o el Círculo Polar Ártico, pero también en diversos animales marinos y según las últimas investigaciones de la UV, existen pequeñísimos trozos de plástico que están en el entorno e ingresan al torrente sanguíneo humano. Efectivamente, en las muestras de sangre de los donantes, los especialistas encontraron restos de tipos de plástico más comunes.
Este informe resalta lo poco que se conoce sobre las consecuencias de la contaminación por plásticos en el ser humano. Para las investigadoras, el siguiente paso es conocer si estas partículas pasan con facilidad del torrente sanguíneo a los tejidos (el cerebro por ejemplo). La mencionada investigación forma parte del proyecto Immunoplast y los resultados fueron publicados en la revista científica Environment International.
Asimismo, esta investigación pone en debate si el agua embotellada contiene más microplásticos que el agua de caño. Un estudio publicado en la revista científica Frontiers in Chemistry en 2019 estableció que las partículas de microplásticos son mucho más frecuentes en el agua mineral que en la del caño, luego de analizar 11 marcas internacionales de agua adquiridas en 19 lugares distintos de nueve países. Del total de las 259 botellas analizadas, el 93% mostró algún signo de contaminación por microplásticos. Es posible que estas partículas diminutas de los polímeros sintéticos, utilizadas para fabricar envases, se desprenderían en el líquido o en los alimentos que contienen.
Por todo ello, los ciudadanos deben comprometerse a realizar más acciones de reciclaje y no consumir productos que tengan demasiado plásticos y empaques. Y que los gobiernos establezcan acciones que alienten a las empresas a no utilizar plásticos en sus procesos. También se debe incentivar las investigaciones sobre el impacto de estas partículas en el ser humano. De esa manera, se podrá mitigar el impacto de los microplásticos en la salud de todos y por lo tanto en la economía nacional, además de cuidar el planeta.
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