La mayoría de fabricantes están buscando una sostenibilidad total en su actividad, incluyendo la neutralidad de carbono para los años venideros.
Eso también incluye algunos procesos de fabricación como ha mostrado BMW. Producir las llantas de sus coches supone alrededor del 5 % del total de emisiones de CO2 en su cadena de suministro. Así que están trabajando para obtener unas llantas de aluminio sostenibles que podrán montar en todos sus modelos a medio plazo.
Para poder llegar a ese número, BMW Group ya ha firmado más de 400 contratos con proveedores, a los que también les exige el uso de energía verde. Ellos en la línea de producción conseguirán rebajar las emisiones gracias al método de la electrolisis, que consiste en separar los elementos de un compuesto por medio de la electricidad limpia. Además, el aluminio tiene buenas propiedades de reciclaje, lo que facilita la fusión de llantas ya usadas como parte de la economía circular. Y el fabricante ya tiene cierta experiencia con este material empleado en las llantas.
No hay que olvidar que MINI comenzará a montar en 2023 unas llantas de aleación ligera fabricadas con un 70 % de aluminio secundario en su nueva generación del Countryman. El compromiso de BMW con este material es ejemplar. Tanto es así, que llevan años involucrados en iniciativas centradas en la estandarización de la extracción de materias primas. Eso incluye la Iniciativa de Administración de Aluminio (ASI), una ONG a la que se han unido muchos proveedores por un uso sostenible del aluminio.
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