Actualmente, es necesario ir buscando alternativas a las fuentes no renovables de energía. Dentro de estas energías renovables se encuentra el biogás, que se obtienen a partir de una gran variedad de sustratos, pero para poder utilizarlo en alguno de sus usos, es necesario depurarlo, así surge lo que denominamos biometano. Pero, exactamente, ¿qué es el biometano?
Estas y otras cuestiones relacionadas con su producción y sus usos, son las que tratamos en este artículo de EcologíaVerde. ¡Sigue leyendo y conoce mejor a esta fuente de biocombustible!
Qué es el biometano y cómo se produce
El biogás puede producirse a partir de una gran variedad de sustratos biológicos, como residuos agrícolas (cultivos intermedios, estiércol, paja, etc), lodos en aguas residuales, desechos orgánicos domésticos e industriales, cultivos energéticos, etc.
El proceso de producción de biogás es el resultado de una digestión anaerobia en ausencia de oxígeno de ciertas bacterias sobre estos sustratos. A partir de este proceso surge un primer biogás no tratado que cuya composición consiste en 50 a 75% de metano (CH4), 25 a 50% de dióxido de carbono (CO2) y pequeñas cantidades de vapor de agua (H20), nitrógeno (N2), oxígeno (O2), y ácido sulfhídrico (SH2). A este gas primario generado, se le pude extraer el vapor de agua, el ácido sulfhídrico o algún otro componente. El uso más habitual del biogás es para producir calor y electricidad.
Sin embargo, para algunos usos del biogás, como su inyección en la red de gas natural o utilizarlo como combustible para vehículos, es necesario que pase por un proceso de depuración. Este proceso consiste el eliminar el dióxido de carbono en su composición, de manera que aumente el porcentaje de gas metano. Lo habitual es que el contenido de metano alcance el 96%, de forma que cumpla los estándares para ser utilizado como gas natural. A partir de este momento, el biogás pasa a conocerse como biometano.
Te contamos más sobre el biogás en este otro artículo de EcologíaVerde sobre Qué es el biogás y sus usos.
Usos y sostenibilidad del biometano
El biometano alcanza una composición y poder energético muy parecido al del gas natural, por lo que ya puede emplearse con los mismo fines, como su inyección en las redes de gas y uso como gas natural en distintas proporciones o usarse como combustibles para vehículos.
La producción de biometano es más sostenible, pues se emplean una gran variedad de materias primas, con lo que sus características medioambientales son también variadas, pero en general mejores que con el uso de fuentes de combustibles fósiles. Cuando se utilizan digestatos (subproducto semilíquido de la digestión anerobia), como fertilizantes orgánicos y mejoras del suelo, se ahorra en el coste de la producción de fertilizantes minerales y se evita las emisiones asociadas a su producción. Se estima que con el empleo de digestatos en vez de fertilizantes minerales, podrían reducirse hasta 13 kg de CO2 en equivalentes por tonelada.
Las ventajas del biometano
Lo cierto es que son diversas las ventajas que ofrece el gas biometano. Concretamente, el biometano es viable desde el punto de vista comercial, puede emplear infrestructuras que ya existen para el gas natural y su tecnología de depuración ya está probada y es realizable. El uso de este gas proporcionará otras ventajas, como contribuir a cumplir los objetivos climáticos disminuyendo las emisiones de CO2, aportando mejoras a la calidad del aire (se reducen las emisiones de NOx y de partículas) o dando una mayor independencia energética respecto a otros países.
Además, en su producción se generarían empleos verdes en zonas agrícolas y es un combustible energéticamente eficiente.
Cómo se produce el biometano en Europa y cuál es su potencial
En la actualidad, existen 15 países europeos que producen y utilizan biometano, con unas 200 plantas depuradoras en toda Europa. La mayor parte de este biometano se emplea en la producción de calor y electricidad, aunque su uso en el transporte es cada vez más importante. Por ejemplo, en Suecia, el uso del biometano como combustible ha superado ya al gas natural comprimido con un mercado del 57%, y en Alemania ha pasado del 6% a más del 15% en el año 2012.
En Europa se calcula una producción actual en biogás equivalente a 14 billones de m3 de gas natural. La EBA (European Biogas Association) estima que para 2020, el volumén de biogás producido será sustancialmente mayor, sin ningún efecto negativo para las tierras de cultivo usadas en la producción de alimentos y piensos. Incluso, la rotación de los cultivos y el reciclaje de los nutrientes en el ecosistema mejoran en productividad mediante los digestatos.
