Los manglares protegen frente a la erosión, el oleaje, el aumento del nivel del mar y los desastres naturales, pero se encuentran en peligro a raíz de diversos factores ocasionados por el humano.
Los manglares constituyen una primera línea de defensa natural frente a fenómenos marinos adversos y, además, son importantes sumideros de carbon. No obstante, están en retroceso: el planeta ha perdido un tercio de los que existían, han alertado científicos y conservacionista.
Los manglares son capaces de capturar altas tasas de carbono, hasta el punto de que "una hectárea de manglar fija cien veces más carbono que otra de bosque tropical", ha explicado Ricardo Aguilar, director de expediciones de Oceana Europa. Otra de sus ventajas es que sus raíces funcionan como hábitats para cría de moluscos, peces y crustáceos, por lo que aproximadamente un tercio de las pesquerías de pequeña escala dependen de su existencia.
Pese a todos sus beneficios, el manglar se halla en retroceso: el análisis de la GMA identificó pérdidas de manglar en un 10,8 % -más de 15 mil km2- sólo entre 1996 y 2016 y concluyó que el 60 % de esas pérdidas –sobre todo en sus hábitats más habituales: el sureste asiático, Centroamérica y el Caribe- se debieron al impacto humano a través del desarrollo costero, la acuicultura y la deforestación.
Deforestación, cambio climático y contaminación de manglares
La tasa de deforestación ha disminuido en el último decenio pero siguen desapareciendo ejemplares, si bien de manera "fragmentada, no bosques completos, lo que hace que su situación no se vea tan urgente", ha indicado Aburto. Otro problema es cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, ha añadido Aguilar, ya que, según estimaciones del IPCC, la vegetación costera perderá hasta un 44 % de su superficie de aquí a 2080 si se produce un aumento del nivel del mar de entre 36 y 72 cm.
"Cerca del 42 % de todos los manglares perduran en Áreas Naturales Protegidas", ha añadido Rivas, aunque "desafortunadamente, no todas cumplen con los estándares nacionales de protección, ya que también hay pérdidas debidas a un manejo ineficaz o a la falta de regulación adecuada". Además de la protección, es necesario plantearse la "recuperación de los ecosistemas perdidos", ha añadido Pilar Jacobo, especialista en manglares de WWF México, por lo que es preciso "conectar las políticas públicas, las comunidades costeras y los gobiernos locales" para "impulsar estrategias de mitigación".
En esa línea, la GMA tiene el objetivo de aumentar el área de manglares en un 20 % para 2030 y recuperar sus servicios ecosistémicos, las pesquerías, la calidad del agua, la fijación de carbono, la protección costera, los empleos y la seguridad alimentaria.