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Hablar únicamente de cambio climático es una peligrosa simplificación. Error inocente, necesidad de adscribirnos al marco comunicativo hegemónico o decisión deliberada; hablar de cambio climático contribuye a la invisibilización de las consecuencias, las responsabilidades y necesidades de la compleja crisis que ya articula nuestro presente y amenaza con desmembrar nuestro futuro: la Crisis Ecosocial. Pero ¿qué implica esta crisis y por qué debemos pensar más allá del cambio climático?

LAS OTRAS CARAS DE LA CRISIS ECOLÓGICA. 

El cambio climático es sin duda uno de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo. No en vano, el foro económico mundial clasifica la inacción climática como un peligro más destructivo que el uso de armas de destrucción masiva para la humanidad1. Pero no podemos comprenderlo ni tratarlo como una crisis aislada. El cambio climático es un vector que acelera y es acelerado por numerosos problemas ecológicos: pérdida de biodiversidad y ecosistemas, contaminación, crisis de recursos… Todos ellos profundamente interconectados. Querer solucionar uno implica solucionarlos todos. Hablar únicamente de cambio climático es ignorar su contextualización dentro de la crisis ecológica. Hablar de cambio climático es no reconocer los cinco millones de muertes que, ya en 2010, la crisis ecológica causó en conjunto2.

BBVA-OpenMind-Yanes-La polucion del aire-Contaminacion aire-riesgo salud 2-La diferencia entre vivir en una ciudad limpia y una con altos niveles de contaminación puede suponer entre 2 y 3 años más de vida. Imagen: Wikimedia

Uno de los problemas ecológicos más graves es la pérdida de biodiversidad, tan brutal que los científicos hablan ya de la sexta extinción masiva de especies. Hemos multiplicado por mil el ritmo de extinción natural3: cada día, perdemos 150 especies4. Formas únicas de vida que nos precedieron. Formas únicas de vida que no nos han sobrevivido. Se trata de un desastre ético pues, tal y cómo ya formulaba Pitágoras: “mientras el hombre siga siendo despiadado destructor de los seres vivientes inferiores, jamás conocerá la salud y la paz. Mientras los hombres sigan masacrando animales, seguirán matándose entre sí.” Pero más allá de las consideraciones éticas, la pérdida de biodiversidad tiene consecuencias colosales para el equilibrio natural. La biodiversidad dota a los ecosistemas de resiliencia, sin ella, los ecosistemas se vuelven frágiles y susceptibles de colapsar ante la menor perturbación. Nuestras sociedades necesitan a la naturaleza viva: el colapso de los ecosistemas será seguido por el colapso de nuestras sociedades. Y, en un país como el nuestro, donde únicamente en cincuenta años las actividades humanas han reducido en un 75% la población de vertebrados 5, nuestros ecosistemas, no gozan precisamente de buena salud. Nuestro impacto sobre la biodiversidad es tan devastador que, si hoy mismo desapareciese la especie humana, a la tierra le costaría entre 5 y 7 millones de años recuperar la biodiversidad perdida 6.

El paisaje se vacía de vida, pero se llena de desechos a tal velocidad que para 2050 habrá más plásticos que peces en el mar 7.  La contaminación está tan magnificada, ni siquiera lo invisible está a salvo: el aire, elemento fundamental de la vida, es la causa de 7 millones de muertes del total de 9 millones de muertes que el foro económico mundial estima que causa la contaminación anualmente. 

Los pocos paisajes vírgenes que quedan pronto se convertirán en víctimas de un extractivismo sin límites. A día de hoy, tres cuartas partes de la superficie terrestre y dos tercios de la oceánica están severamente afectadas 8. La situación ecológica es insostenible. Hemos traspasado nuestros límites biofísicos, activado varios puntos de inflexión y desestabilizado el equilibrio ecológico. Pero la ausencia de límites en nuestro sistema no es sinónimo de libertad, sino de alienación, de injusticia y de una profunda ignorancia.  Y, pese a lo que queramos creer, no vivimos al margen de la naturaleza. 

¿POR QUÉ HABLAR DE CRISIS ECOSOCIAL?

Ahora bien, ¿por qué hablar de Crisis Ecosocial? Esta crisis ecológica es más bien poco natural. Sus causas son antropogénicas: nuestro modelo extractivista y productivista es el causante de esta espiral ecocida. Pero la crisis ecológica no es únicamente el escenario de la desaparición de especies, los desastres climáticos o la contaminación de la tierra; también es el escenario de un profundo sufrimiento humano, del aumento de la desigualdad y de millones de muertes. La geografía humana cambiará radicalmente: estamos hablando de entre doscientos cincuenta y mil millones de refugiados climáticos en 2050 9 ya que mil doscientas millones de personas habitarán áreas no resilientes; estamos hablando de la imposibilidad misma de habitar la tierra que millones de personas llaman hogar. 

Hay que hablar de Crisis Ecosocial porque cualquier perspectiva que no contemple la totalidad del problema, es parte del problema. Pero, además, porque hablar de Crisis Ecosocial es también acentuar las dimensiones silenciadas de esta coyuntura histórica (puesto que viene de largo y se ha convertido en un punto de inflexión), sistémica (porque se trata de un problema del modelo económico, político y sociocultural), translimitadora (porque vivimos más allá de las posibilidades del planeta), social (porque se origina y magnifica las desigualdades) y transformativa (porque todo ha de cambiar para poder soñar con un futuro).

Hablar de Crisis Ecosocial no es lamentarse, es comprender la compleja génesis de esta situación. Es comprender cómo la responsabilidad se reparte de manera proporcionalmente inversa a la desigualdad social: mientras que el 10% más pudiente de la población mundial es responsable del 50% de emisiones de CO2, el 50% más pobre de la población mundial es únicamente responsable del 10% de las emisiones 10

Hablar de Crisis Ecosocial es hablar de una crisis sistémica (no únicamente de sistema). Sí, es cierto que ha sido el modelo neoliberal el que ha producido la catástrofe ecológica a la que nos enfrentamos. No en vano, el 71% de las emisiones de CO2 han sido producidas por 100 empresas privadas desde 1988 11. Pero este sistema, también ha acomodado una cultura social, política y emocional cómplice. Debemos de transformarlo. Debemos generar un nuevo paradigma donde la prioridad sea la habitabilidad, donde se reduzca el sufrimiento humano y las desigualdades, donde la economía se comprometa con nuestro bienestar y con la regeneración de la naturaleza. Sí, de forma inmediata debemos mitigar la Crisis Ecosocial y dotar a nuestras comunidades de resiliencia. No nos faltan razones para esto. Sin embargo, todavía nos falta construir un proyecto transformativo que genere mayorías de cambio. De ahí de la necesidad de hablar de crisis sistémica. 

el 71% de las emisiones de CO2 han sido producidas por 100 empresas privadas desde 1988
El 71% de las emisiones de CO2 han sido producidas por 100 empresas privadas desde 1988

Hablar de Crisis Ecosocial es, en definitiva, reunir, sin dejar de distinguir. Conciliar la totalidad y la singularidad de las distintas crisis que conforman la Crisis Ecosocial. Tal y como apunta Marina Garcés: ya no hay soluciones parciales a ninguno de los problemas de nuestro tiempo. Es por eso por lo que siempre que hablemos de justicia ecológica, debemos de hablar también de justicia social. Que, cuando hablamos de transición verde, también debemos hablar de transiciones políticas, económicas y sociales. Hablar de Crisis Ecosocial es, en definitiva, dejarse cautivar por la oportunidad histórica que vivimos sin olvidar la responsabilidad que tenemos, porque tal y como observó Kim Stanley Robinson: somos los primitivos de una civilización desconocida. 

Fuente: https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/medioambiente/cambio-climatico-o-crisis-ecosocial/

 

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