Marcelo sumó todos sus oficios y los puso a disposición de una sola tarea: crear un arte urbano para sus vecinos y motivar a otros a sumarse. Desde Iroman a Maradona haciéndole el gol a los ingleses, sus figuras son imponentes y tienen fines sociales.
Nuestro barrio es muchas veces también nuestra identidad. Para muchos, el sitio en el que nacieron, se criaron o en el que actualmente viven es un lugar de pertenencia, que se defiende y se lleva como bandera. A Marcelo le pasa algo similar. Es oriundo de Puerto Iguazú, Misiones, pero las circunstancias de la vida lo llevaron a asentarse en Villa Soldati desde muy chico y a partir de ahí busca reivindicar el lugar que se convirtió en su hogar.
Ante esta situación, tuvo una revolucionaria idea: con restos de todo, materiales reciclados de cualquier tipo, se dedicó a crear esculturas que llegan hasta los tres metros de altura y las esparció por todo el barrio Fátima.
Desde transformers hasta Maradona haciéndole el gol con la mano a los ingleses, Marcelo buscó embellecer las calles y a la vez crear consciencia de que se puede darle una segunda vida a las cosas, pero, además, aprender un oficio y compartirlo con el resto.
Villa Soldati, un lugar en el mundo
Marcelo Chávez, sus padres y sus 13 hermanos son oriundos de Puerto Iguazú. Allí hizo parte de sus estudios primarios y secundarios y descubrió su pasión. “Nos enseñaban desde primer grado a hacer juguetes con madera en miniatura y me encantaba”, contó en diálogo con TN.
Pero cuando fue adolescente se mudaron a Buenos Aires y desde entonces su lugar en el mundo es Villa Soldati. “Cuando llegué en el 94 me puse a trabajar en unas obras y vi que se desperdiciaba tanto y que, además, no conseguía madera así que me dije a mí mismo que tenía evolucionar y confeccionar cosas en miniatura” con lo que había, precisó.
“En el 2014 ya sabía soldar y dije ‘yo quiero armar una escultura con todo lo que se tira, tengo que cambiar mi barrio porque no me gusta que este así’, porque todos decimos que lo amamos pero no hacemos nada para mejorarlo”, señaló.
Así comenzó todo. “Esta locura que llevo hace más de 10 años me motiva a seguir, a contagiar este don que traigo”, remarcó y sumó: “Quiero enseñar lo que sé, mi viejo siempre nos decía que teníamos que estudiar para tener sabiduría y avanzar. Hoy los chicos están dormidos y quiero contagiarles esto”.
Y le dio vida a su sueño. “Armé a Bumblebee, un transformer de casi 3 metros de alto, con partes de bicicletas, de autos, de teles y lavarropas. Eso me llevó mucha plata porque tenía que trabajar e invertir y lo demás era todo tiempo mío. Ese fue el primer grandote para marcar el barrio”, contó.
Hoy tiene repartidos más de 2000 esculturas de las cuales 50 son en tamaño real o más grandes inclusive. “Me fui expandiendo por el barrio, pidiendo permiso donde se tiraba basura y una vez que los puse ahí empezaron a mantener más limpio el lugar”, destacó.
Además, contó una particular situación que vivió con un vecino y que lo motiva aún más. “Le tiraban mucha basura en la vereda y llevamos el Iroman. Les pedimos que lo cuiden y desde ese momento se pedían entre los vecinos que no tiren basura. Los chicos que van al comedor que está en frente se sacan fotos, empezaron a cuidar más el lugar de un día para el otro. A mi me encantó porque fue parte de una solución para una discusión de vecinos”.
“Es la locura de poner a Soldati en el mundo”, remarcó. “Hablan de que hay solo maldad acá, pero yo quiero transformarlo y demostrarle a los chicos que se puede mejorar con un esfuerzo grande”, sumó.
Hoy trabaja solo en su taller repleto de partes de todo tipo de materiales. Sumado a ello, también comenzó a acercarse a los jardines del barrio para dar charlas y clases gratis a los mas chicos. “Les digo que junten lo que quieran y con lo que ellos traen en ese momento arman lo que les gusta. Eso es para que usen la imaginación porque son lo más inteligente que hay, pero necesitan motivación”, sostuvo.
“A nosotros nos decían que iba a venir Papá Noel y creíamos en eso con mucha ilusión. Cuando uno ama las cosas de chico no te las olvidás más. Hoy soy un niño grande y quiero transmitir eso”, sostuvo Marcelo y añadió: “No todos van a ser escultores o doctores, pero todos tenemos una pasión y una locura para dejar y quiero despertar a estos genios que están dormidos ”.
De Iroman a Maradona
Hoy la creación de cada escultura grande le lleva aproximadamente tres meses. En el taller que montó en su casa va creando la magia y lo comparte a través de sus redes sociales @artesml_33.
“Hago trabajos de herrería, electricidad, albañilería. No tengo títulos, tengo más práctica que teoría. Trabajo 8 horas afuera y cuando vengo el resto del tiempo lo dedico a mi pasión. Se me hizo tan fuerte el amor por esto que no puedo estar sin crear algo”, expresó Marcelo.
Entre sus obras se destacan un Batman armado con cauchos, una Harley Quinn armada con restos de bicis. También una figura de Sonic y un Iroman confeccionado con partes de bicicletas y un tanque de moto.