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Para la mujer, el éxito de su negocio se debe a la calidad de las cacerolas recicladas, ya que el aluminio antiguo es más grueso que el actual.

 Danielle de Carvalho, de 39 años, heredó el depósito de chatarra de su padre y, sin experiencia en el sector, comenzó a reciclar cacerolas viejas. Este negocio le genera hasta 25.000 reales mensuales (poco más de18 millones de pesos colombianos).  

En conversación con 'G1', Danielle explicó que adquiere utensilios domésticos usados a 20 reales por kilo (poco más de $ 14 mil) y los vende transformados a 150 reales por kilo (más de $ 108 mil), donde cada kilo representa dos cacerolas.

Transformación y éxito empresarial

La empresaria de Itanhaém decidió seguir el dicho popular "De una cacerola vieja se hace buena comida" para renovar y vender artículos del hogar. Con el apoyo de una amiga, quien le sugirió revender piezas reutilizables, invirtió los 800 reales (aproximadamente más de $ 570 mil) que tenía ahorrados en comprar artículos usados, los cuales recicló y vendió en internet.
Danielle detalló que adquiere cacerolas de aluminio usadas en otros depósitos de chatarra a 20 reales (poco más de $ 14 mil) por kilo, equivalentes a dos cacerolas de 4,5 litros. Una de 7 litros le cuesta 30 reales (más de $ 21 mil). Inicialmente, cuando invirtió los 800 reales, pagaba 8 reales (casi $6 mil) por kilo.

Precios de los utensilios reciclados

  • Cazuela (hecha con olla a presión de 7 litros) - R$ 75 ( $ 54 mil).
  • Cazuela (hecha con olla a presión de 4,5 litros) - R$ 60 (más de $ 43 mil pesos).
  • Sartén (hecha con olla a presión de 7 litros) - R$ 35 (más de $ 25 mil pesos).
  • Sartén (hecha con olla a presión de 4,5 litros) - R$ 25 (más de $ 18 mil pesos).
  • Sartén (hecha con olla a presión de 10 litros) - R$ 120 (más de $ 86 mil pesos).
Danielle afirmó que comprando dos sartenes por 20 reales, puede transformarlas en nuevos utensilios y obtener una ganancia de 150 reales. Si invierte 30 reales por kilo, los productos obtenidos pueden valer 200 reales ( $ 144 mil). "Miro la pieza, veo el valor que me agrega y pongo [el precio]. Hay piezas más gruesas, hay piezas más delgadas", comentó.
Además, la empresaria vende piezas nuevas en su tienda, ofreciendo juegos de cinco artículos para el hogar que cuestan entre 90 y 330 reales ($ 64 mil y $ 237 mil). Los juegos reciclados, hechos a mano, son más caros, oscilando entre 400 y 480 reales ( $ 288 mil y $ 201 mil).
"La calidad (de los nuevos) no es la misma", justificó Danielle, quien defiende el precio de las recicladas: "Es mejor. La sartén en sí está usada y vieja, pero el mango es nuevo, la tapa es nueva y el mango es nuevo".

Del bullying al orgullo empresarial

En su niñez, Danielle se avergonzaba del depósito de chatarra de su padre debido al bullying que sufría en la escuela, pero al entrar en la industria, vio el potencial del negocio. En sus dos almacenes de sartenes recicladas y el depósito de chatarra, emplea a 11 personas registradas bajo la Consolidación de Leyes del Trabajo (CLT).

Danielle compartió que al principio, como mujer y por vanidad, sentía incomodidad trabajando sucia en el depósito, pero aprendió a valorar el trabajo. "Hoy, puedo comer donde quiera, viajar, hacer lo que quiera porque él [trabajó] para darme eso", relató.

Expansión y éxito continuo

La idea de Danielle no solo recuperó su inversión inicial, sino que también generó ganancias significativas. La empresaria cree firmemente en el potencial del negocio, lo que la llevó a invertir en maquinaria para reciclar sartenes y abrir una nueva tienda en Mongaguá. 
"Tuvo 15 mil visitas en 5 horas. Al día siguiente se llenó aquí [la tienda] y vendí todo, gané 1,4 mil reales. Luego lo compré nuevamente, lo vendí y gané 2 mil reales. Me quedé haciendo videos todas las semanas", contó Danielle, quien se siente realizada no solo por sus logros personales, sino también porque su trabajo contribuye a retirar de las calles utensilios desechables y contaminantes.
 
 

Compromiso con el reciclaje y la educación

Danielle explicó que, al principio, buscaba piezas en tiendas de segunda mano y otros depósitos de chatarra, pero ahora tiene socios que le reservan las cacerolas para reciclar. "Compré una cortadora de sartenes. La corto, la convierto en una cazuela y lo que queda lo hago en un molde con fondo removible". Si no puede reutilizar el material para una cazuela, lo convierte en sartén o fuente para horno.
Para Danielle, el éxito de su negocio se debe a la calidad de las cacerolas recicladas, ya que el aluminio antiguo es más grueso que el actual. "Valoro mi trabajo. Solo porque esté usado no significa que lo vaya a vender por 15 reales (casi $ 11 mil pesos)", subrayó. Además, cada artículo artesanal tiene un valor agregado. "Una sartén de 7 litros que no se usa, la convierto en una sartén y cobro R$ 75 (poco más de $ 54 mil pesos) sin tapa. Lo que queda, lo hago en una sartén (para asar) que cobro R$ 35 (poco más de $ 25 mil pesos), entonces cuesta R$ 110 (más de $ 79 mil pesos) por dos piezas".
Danielle siente que su éxito debe compartirse. "Creo que el sol es para todos. Sé lo difícil que es el comienzo, así que creo que la gente debería tener la misma oportunidad que yo tuve", concluyó, destacando que enseña en redes sociales cómo reciclar sartenes y hacer mantenimiento en casa.
 
 
 Fuente:  https://www.eltiempo.com/cultura/gente/heredo-el-deposito-de-chatarra-de-su-padre-y-ahora-gana-mas-de-18-millones-al-mes-vendiendo-sartenes-recicladas-3363868
 
 
 
 
 
 

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