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El debate sobre la primera normativa global legalmente vinculante para frenar la contaminación plástica continúa en tiempo de descuento tras más de dos semanas de debate en Ginebra.

 El pasado 5 de agosto, más de 3.700 diplomáticos de 184 países viajaron a la sede de Naciones Unidas en Ginebra para poner a punto el primer tratado global legalmente vinculante para frenar la contaminación plástica. El debate debía finalizar este jueves con la firma de un pacto histórico que aspiraba a ser el segundo compromiso internacional más importante jamás adquirido en materia climática jamás después del Acuerdo de París. Pero tras una tensa jornada de debate, incendiada tras la publicación de un borrador descafeinado, los países han optado por alargar las negociaciones más allá del 'deadline' oficial para evitar una "decepción histórica". Hay quien dice que las negociaciones seguirán toda la noche para intentar cerrar un acuerdo este viernes, mientras otros opinan que es posible que el encuentro acabe simplemente aplazando el debate.

El foco del debate no es otro que las medidas incluidas en el tratado. Más de 100 países, incluidos los miembros de la Unión Europea, estados insulares del Pacífico y varios gobiernos de América Latina y África, defienden la necesidad de un "acuerdo ambicioso" que establezca límites globales obligatorios a la producción de plásticoelimine gradualmente plásticos de un solo uso en todo el mundo y regule la presencia de químicos potencialmente peligrosos utilizados en la elaboración de este material. Mientras, en el otro extremo de la discusión, potencias productoras de petróleo y petroquímicos como Estados Unidos, China, Arabia Saudí o Rusia proponen un tratado centrado casi exclusivamente en mejorar la gestión de residuos, el reciclaje y la innovación tecnológica, evitando compromisos que afecten a la producción primaria de este material.

"Es una traición"

El último borrador que ha trascendido, y sobre el que ahora se centran todas las negociaciones, se aproxima más a un tratado de mínimos más centrado en el reciclaje que en reducir la producción. La propuesta ha sido definida como "inaceptable", "descafeinado", "decepcionante" y hasta "repulsivo" por parte de países como Colombia, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea. El presidente francés Emmanuel Macron se ha pronunciado al respecto para decir que "la falta de ambición en el texto presentado a las Naciones Unidas es inaceptable" y ha lanzando un llamamiento a todos los países presentes en Ginebra para "adoptar un texto que esté a la altura de la emergencia ambiental y sanitaria". En esta misma línea, el representante de Panamá, Juan Carlos Monterrey, ha comparecido desde la sede de las negociaciones diciendo que "las negociaciones deben acelerarse en las próximas horas" para esquivar un acuerdo de mínimos que será "una decepción para el mundo".

Los ecologistas denuncian la presencia de más de 230 representantes de la industria del plástico y los combustibles fósiles en la sede de estas negociaciones

Según explican varios de los observadores independientes que están presenciando las negociaciones, el texto que hay ahora mismo sobre la mesa es "una rendición a los intereses de los petroestados y a la industria petroquímica". Varias coaliciones de científicos así como plataformas ambientalistas como Greenpeace critican que el último texto presentado "reemplaza medidas obligatorias por disposiciones voluntarias" y , sobre todo, "propone medidas accesorias, ignorando la raíz del problema y el consenso científico, así como la voluntad de la mayoría de países presentes en Ginebra". En este sentido, son muchos los especialistas que definen el borrador como un "retroceso político grave" que "traiciona el mandato originaldesoye los derechos humanos y ambientales, y pone en riesgo el futuro de las próximas generaciones".

Uno de los puntos más polémicos, y que más están enturbiando el debate en las últimas horas, es la contrastada presencia de más de 230 representantes de la industria del plástico y los combustibles fósiles en la sede de estas negociaciones. Los activistas, de hecho, denuncian que el número de lobistas supera al de muchas delegaciones nacionales y que su "influencia desproporcionada" es lo que está contribuyendo a "diluir los acuerdos" para "favorecer los intereses económicos de los grandes productores frente a los compromisos ambientales". Aún no está claro si la balanza de inclinará de un lado o de otro pero, al menos por ahora, ambos bandos afirman que hay "líneas rojas" por las que no cederán.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20250814/negociaciones-primer-tratado-mundial-plasticos-120637226