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El emprendimiento nacido en Villa Martelli de la mano del diseñador Sergio Brocchi Fasani fabrica anteojos, luminaria y mobiliario con materia reciclado. En apenas seis años ya reciclaron 40.000 kilos de plástico y esperan alcanzar la cifra de 15.000 solo durante 2022.

“En un contexto como el actual, cambiar las formas de producir tiene más sentido”. La frase proviene del diseñador Sergio Brocchi Fasani, creador de Proyecto Mutan, un emprendimiento que desarrolla productos y objetos de diseño a partir del reciclaje masivo de tapitas de botellas. En apenas seis años ya reciclaron 40.000 kilos de plástico y esperan alcanzar la cifra de 15.000 solo durante 2022. Además ya trabajan en la posibilidad de exportar a la región.

La historia comienza en 2012. Brocchi Fasani se encontraba cursando el final de carrera de Diseño Industrial y la tesis para graduarse se presentaba en el horizonte. El interés por la sustentabilidad y el reciclaje ya había echado raíces en él a raíz de su vínculo con distintos proyectos, uno de ellos, el Atelier Brotes, donde comenzó a relacionarse con cooperativas de recuperadores urbanos.

La necesidad de difundir el circuito de recolección de los recuperadores en los barrios los movilizó a él y a sus compañeros a fomentar el vínculo de los vecinos con las cooperativas para que se conozca la tarea que estas estaban realizando. En esa época, las cooperativas todavía no eran parte del circuito de recolección de la Ciudad.

Fue en ese entonces que comenzó a tomar forma Proyecto Mutan, a posteriori su emprendimiento y tesis de grado. “Descubrimos que las cooperativas tenían trituradoras de plástico pero que en muchos casos no la usaban porque vendían el material separado. Había tecnología parada y una posibilidad”, recordó Brocchi Fasani en diálogo con Ámbito.

Ante esa opción les surgió una disyuntiva. “Básicamente aparece la pregunta: ‘Cómo podíamos hacer que las cooperativas, con tecnología accesible, transformen estos plásticos’. Y ahí empezamos a desarrollar las máquinas para transformar el triturado plástico en nuevos objetos, en un solo paso”, cuenta.

Desde entonces, el proyecto fundado en el barrio de Villa Martelli, en la Provincia de Buenos Aires, comenzó a desarrollar distintos objetos a partir de tapitas de botellas plásticas, como por ejemplo anteojos, luminarias y mobiliario, entre otros. Y creció sin parar.

“Hoy en día estamos haciendo la producción nosotros”, explica el emprendedor en cuanto a la fabricación de los productos que comercializan. Los materiales reciclables son comprados a distintas ONG’s, cooperativas y fundaciones, entre ellas la Fundación Garrahan. “Trabajamos con las cooperativas en la obtención del material. Ellos lo clasifican, lo lavan y lo entregan. Hacemos eso también con fundaciones y hospitales”, explicó el diseñador.

Hoy en día, Proyecto Mutan cuenta con un equipo de 10 personas, principalmente integrado por diseñadores activistas ambientales, que proponen una nueva forma de producir en un contexto de crisis climática. Pero el grupo de trabajo va más allá de los que integran el emprendimiento, ya que involucra a todos los ciudadanos que colaboran con la separación de los residuos en sus casas.

El equipo de Proyecto Mutan.

El equipo de Proyecto Mutan.

“Cuando empezamos con el proyecto la idea era crear objetos que contaran ese proceso de reciclado, del cual todos somos parte”, enfatizó Brocchi Fasani y, a modo de ejemplo, recuerda una anécdota que les suele ocurrir cuando un nuevo comprador se encuentra con sus productos: “Cuando miran los productos y no saben de qué están hechos, les explicamos que es con tapitas. Muchos nos cuentan que donan tapitas a la Fundación Garrahan y cuando les contamos que nosotros le compramos a ellos se ponen contentos porque sus tapitas pueden estar en estos objetos”.

Precisamente, el proceso de desarrollo que lleva adelante el emprendimiento busca, en palabras de Brocchi Fasani, que el ciudadano sea parte del desarrollo y que le permitan comprender qué pasa con los materiales reciclables “que no terminan enterrados sino en un producto y sobre todo, en un producto que no lo vuelvas a descartar, porque no tendría sentido hacer una nueva tapita y que en media hora este devuelta en la calle”.

La idea de reciclar tapitas para objetos durables permite también ahorrar millones de litros de agua. Actualmente llevan más de 40.000 kilos de plástico post-consumo reciclados. Esto equivale a 16 millones de tapitas plásticas. Si hubieran tenido que fabricar nuevos plásticos para alcanzar ese volumen deberían haber consumido un total de 80.000.000 de litros de agua.

Dentro de los productos durables que ofrece el emprendimiento, aparecen los anteojos, la estrella de Proyecto Mutan. La idea de su desarrollo comenzó en 2017, durante un viaje a la feria Wanted Design en la ciudad de Nueva York. Allí llegaron a la conclusión que debían crear un producto portable que acompañará al cliente en el día a día.

Anteojos

¿Cómo los fabrican? Con apenas 10 tapitas trituradas que luego son mezcladas con distintos colores para luego fundirlas por calor e introducirlas a presión en una matriz metálica. Hasta el momento llevan producidos 5 mil lentes y ya planean dos nuevos modelos.

 

El proceso de desarrollo de los lentes en Proyecto Mutan.

Los lentes cuentan con una particularidad, como todo en el emprendimiento. En el marco de su vínculo con distintas cooperativas y ONG´s, los estuches en los que se guardan los anteojos son fabricados por un colectivo de mujeres que se llama Entramadas, oriundas del barrio 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires.

Así lo cuenta Brocchi Fasani: “Entramadas ya había empezado a trabajar en el reciclaje de bolsas plásticas. Eso nos dio el pie para juntamos con ellas y capacitarlas en nuestro proceso”. Con las bolsas - explica el diseñador - se genera una lámina nueva, gruesa, como si fuera un cuero, que se corta y luego sirve para los estuches de los anteojos. “Hoy el 100% de los estuches lo realizan ellas. A su vez, Entramadas tiene otros proyectos. Es importante compartir la tecnología para generar más empleo verde”, agregó.

Respecto a la industria del reciclaje y la posibilidad que tiene el sector para generar nuevos empleos, destacó que tiene “un potencial importante” y manifestó que los materiales reciclables “tiene un valor que se puede transformar y que puede generar trabajo”.

En ese sentido, aseguró que “todavía no estamos aprovechando la capacidad que puede generar la industria del reciclaje y las llamadas industrias verdes. Creo que en un contexto como el actual, de alto desempleo y demás, cambiar las formas de producir tiene más sentido. Fomentar las nuevas formas de producción más consientes, que hoy es trabajo posible que está desperdiciado por el porcentaje de plástico que no es aprovechado”.

A propósito de la transformación social respecto a la sustentabilidad considera que “hay un cambio radical” en comparación con lo que ocurría hace 10 años cuando comenzó a explorar con plásticos. Y respecto a las posibilidades de la ciudadanía de dar lugar a elegir productos sustentables en un escenario de crisis económica, resaltó que “más allá de las cuestiones económicas, en Argentina va mejorando la conciencia”.

Exportación

Meses atrás, el emprendimiento recibió el premio del Sello del Buen Diseño por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. No solo se trata de una distinción a la labor que realizan sino que también les permite el ingreso a distintos programas del organismo para fortalecer su producción, pero también la exportación.

Precisamente sobre ello, Brocchi Fasani señala que se encuentran en diálogo con representantes de otros países que buscan comercializar sus productos y conocer el proceso de producción que realizan. “Recibimos contactos de interesados de Uruguay y de Chile”, dijo el diseñador.

Sin embargo, adelantó que también buscan “entender a dónde apuntar”, aunque destacó que ya piensan en una estrategia más amplia. “También estamos queriendo avanzar en contactos en Barcelona”, resaltó.

Por último, apuntó que “la idea es llegar a 15 mil kilos reciclados este año”. “Si tomamos los 40 mil de los últimos seis años, es importante. La verdad que los últimos dos años fueron de mucho crecimiento. Es uno de los valores que tomamos para saber si nos está yendo bien o mal. Más allá de cuanto vendemos, los objetivos los medimos en base a cuanto reciclamos. Creo que vamos bien”, concluyó.

https://www.ambito.com/

 

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