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Cada día se tiran a la basura más de 3,5 millones de toneladas de alimentos. No se trata solo de un (evidente) problema humanitario, social y económico: sus consecuencias afectan también, y mucho, al medio ambiente. La industria de proceso y envasado de alimentos desempeña un papel decisivo en la creación de sistemas eficientes y sostenibles que reduzcan este derroche. Tetra Pak abandera esa filosofía.

Alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos, un tercio de la producción para el consumo humano, se desechan cada año en el planeta, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El desperdicio tiene lugar a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción agrícola hasta el consumo final en los hogares. Eso sí, se derrocha mucha más comida en el mundo industrializado que en los países en desarrollo: de acuerdo con la FAO, el desperdicio de alimentos por parte de los consumidores en Europa y Norteamérica ronda los 100 kilos por persona y año, mientras que en el África subsahariana y Asia meridional y sudoriental es diez veces menor.

Más datos, estos más cercanos y por tanto capaces de activar conciencias: en 2022, los hogares españoles desecharon un total de 1.170 millones de kilos o litros de productos alimenticios, según cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Concretamente, cada español tira anualmente a la basura unos 250 euros en comida no consumida. La buena noticia es que más de 8 de cada 10 consumidores (85%) son conscientes de que este comportamiento tiene un impacto negativo en su economía.

Mientras se produce este desaprovechamiento, entre 691 y 783 millones de personas pasaron hambre en la Tierra en 2022. En el caso de España, se estima que 6,2 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, es decir, “carecen de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable”, según la definición de la FAO. Esto puede deberse a la escasez de alimentos o a la falta de recursos para obtenerlos.

El problema arranca en el día a día

Son múltiples los factores que fomentan el desperdicio alimentario. Entre otros se encuentran el comportamiento durante la compra, preparación y consumo de alimentos; las incidencias de transporte, logística y almacenamiento; una inadecuada organización, coordinación o falta de comunicación entre los actores de la cadena alimentaria, así como las deficiencias en las condiciones de almacenamiento y control de temperatura para la conservación de productos perecederos.

El papel de Tetra Pak para mitigar el desperdicio puede ser de gran utilidad y, por ello, nos comprometemos a ayudar a traccionar el cambio hacia sistemas alimentarios más seguros, sostenibles y resilientes mediante nuestra experiencia y capacidades

Ramiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia

En este sentido, destaca la función de los envases y su industria para la mejor conservación de los alimentos y la prolongación de su vida útil, un factor decisivo para evitar su pérdida. “El papel de Tetra Pak para mitigar el desperdicio puede ser de gran utilidad y, por ello, nos comprometemos a ayudar a traccionar el cambio hacia sistemas alimentarios más seguros, sostenibles y resilientes mediante nuestra experiencia y capacidades”, señala Ramiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia, empresa líder mundial en proceso y envasado de alimentos y que cuenta con presencia en más de 160 países y un amplio conocimiento de las cadenas de valor alimentarias.

El desperdicio de alimentos es otro indicio del consumo excesivo que amenaza la sostenibilidad (y, por tanto, supervivencia) del planeta, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta deriva no solo tiene repercusiones económicas, sociales y humanitarias, sino también ambientales. Malgastar alimentos y una producción excesiva contribuyen a la contaminación de nuestro planeta. Esa ineficiencia aumenta exponencialmente el agotamiento de los recursos naturales, ya que consume alrededor del 25% de toda el agua utilizada por la agricultura, requiere una superficie de tierra agrícola superior al tamaño de China y genera hasta un 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero al año. Palabras (y cifras) mayores.

Abordar el problema es urgente y requiere políticas específicas, así como inversiones en tecnologías, infraestructuras y enseñanza. De hecho, constituye una prioridad de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, y entre sus metas se encuentra reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el mundo, proceso en el que intervienen los actores de las cadenas de producción y suministro. Entre los 17 objetivos de la Agenda 2030, el número 12 persigue garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, algo fundamental para asegurar los medios de subsistencia de las generaciones actuales y futuras. La FAO reconoce que la industria de proceso y envasado de alimentos desempeña un papel decisivo en la creación de sistemas alimentarios más eficientes y sostenibles.

Un resorte en cuatro ámbitos

En este contexto, Tetra Pak propone su campaña Alimentemos el futuro, cuyo objetivo es contribuir a transformar los sistemas alimentarios mundiales para combatir el desperdicio y nutrir de forma sostenible a una población mundial en crecimiento. Propone actuar en cuatro ámbitos: soluciones tecnológicas y de envasado, colaboraciones estratégicas, concienciación del ciudadano para el consumo responsable y aumento de la cooperación público-privada.

La iniciativa de Tetra Pak no solo va dirigida al conjunto de la sociedad, se materializa en proyectos específicos. Y ese compromiso de la compañía también se refleja en una obsesión: reducir al máximo la pérdida de alimentos durante su proceso y transformación. “El objetivo de Tetra Pak es lograr una reducción del 50% de la pérdida de producto en las líneas de proceso para 2030, en comparación con 2019″, asegura Ramiro Ortiz. Ese anhelo de la mitad en seis años se traduce incluso en la cuidadosa selección de alimentos y bebidas en sus restaurantes corporativos, así como la promoción de un consumo responsable entre sus empleados.

“Para frenar esta problemática, tanto el sector público como el privado desempeñan un papel esencial y se requieren esfuerzos en toda la cadena de valor de los alimentos, incluidos los consumidores. Estamos comprometidos a trabajar en colaboración con todos los actores para lograr un cambio significativo y duradero en España. Juntos, podemos alimentar un futuro más sostenible para todos”, concluye Ramiro Ortiz. El primer paso comienza en la compra, en el hogar, en las vacaciones, en la oficina… y en el día a día.

 

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2024-04-25/reducir-el-desperdicio-la-clave-para-alimentar-el-futuro.html

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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