Así lo ponen de manifiesto los últimos datos de Sigre, entidad sin ánimo de lucro encargada de la gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos, que revelan que en los últimos diez años el reciclaje de estos residuos ha crecido en Andalucía un 30%, al pasar de los 67 gramos por habitante al año a los 87 de 2021. Concretamente, el pasado año se alcanzó en la comunidad la cifra de 87,36 gramos por persona, frente a los 80 del ejercicio anterior, lo que supuso un crecimiento del 9,15%.
Esa tendencia al alza se ha mantenido en los primeros meses de 2022. No en vano, según los datos de Sigre a los que ha tenido acceso 20minutos, los andaluces han reciclado durante el primer semestre 92,64 gramos por habitante, frente a los 85,32 del mismo periodo del pasado ejercicio, lo que representa un crecimiento del 8,58%.
Por provincias, es Córdoba la que en el primer semestre de este año destaca por encima del resto, con un reciclaje de medicamentos en términos absolutos que se eleva a algo más de 102 gramos por habitante, seguida de Sevilla (98), Granada (97,44) y Cádiz (96,84). Completan el listado Huelva (91,92), Jaén (89,28), Málaga (87,12) y, por último, Almería (70,2). Las ocho provincias han registrado crecimientos entre enero y junio de este año respecto a esos mismos meses de 2021, aunque el mayor incremento se ha producido en Huelva, con un 14,8%.
El reciclaje de los medicamentos se lleva a cabo a través de los puntos Sigre instalados en las farmacias, que son quienes, de forma gratuita, lo solicitan. En los 20 años que la entidad acaba de cumplir en Andalucía, ha conseguido estar presente en 3.851 boticas (más de 22.000 en todo el país), lo que supone la mayor parte de las aproximadamente 3.880 que hay en la comunidad. La entidad apunta que el 82% de los andaluces recicla los medicamentos a través de estas instalaciones, especialmente las personas mayores de 55 años y los enfermos crónicos. "Existe una gran concienciación de los andaluces con el cuidado de su salud y del medio ambiente", afirma el subdirector general de Sigre, Miguel Vega, quien se congratula de que "gracias a su colaboración", la entidad está cumpliendo con su doble objetivo medioambiental y sanitario.
Esta sensibilización con la reutilización de los envases de los medicamentos se extiende a todo el país. Y es que, según el último estudio de opinión de Sigre, el 91% de los ciudadanos creen que es bastante o muy perjudicial para el medio ambiente tirar los restos de las medicinas a la basura, además de un 97% que considera que el cuidado del medio ambiente es muy importante para la salud. Este mismo sondeo revela que el 64% de los encuestados acude entre una y tres veces al año a depositar residuos de medicamentos en los puntos Sigre, mientras que un 25% lo hace entre cuatro y seis veces y un 10%, más de siete veces en un año.
Dudas más frecuentes
Qué se puede reciclar y qué no. Sí se pueden reciclar los medicamentos caducados; aquellos que, sin estar caducados, ya no se necesiten; las cajas de las medicinas; y los blíster vacíos. En cambio, no se pueden depositar agujas; termómetros; gasas; productos químicos; radiografías; pilas; mascarillas; ni test Covid.
Qué se hace con los residuos. Mediante un sistema de logística inversa, los encargados de llevar a las farmacias nuevos medicamentos también se encargan de retirar los depositados en los puntos Sigre. Después se llevan a la planta de clasificación, en Valladolid, donde pasan por distintas fases para separar los envases de los restos de medicamentos. Estos últimos, tal y como indica la normativa, son destruidos; mientras que los envases se reciclan.
Beneficios de reciclar medicamentos. Gracias a la logística inversa, cada año se ahorra la emisión de unas 1.400 toneladas de CO2 al año. Además, se evita que los restos de medicamentos lleguen al medio ambiente, protegiendo la fauna y la flora. En términos sanitarios, disminuye el riesgo de una automedicación inadecuada por acumulación de medicinas en el hogar.
Qué debe contener un botiquín. Sigre recomienda que este incluya material de cura (algodón, gasas estériles, tiritas, vendas, esparadrapo, desinfectante pinzas y tijeras); un termómetro; fármacos ara afecciones leves, como analgésicos, antiinflamatorios o pomadas para quemaduras; y, en el exterior, teléfonos de emergencia, como el del centro de salud o las ambulancias.