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Proyectada para reducir el consumo de energía y respetando parámetros de arquitectura sustentable, la vivienda Bow House, ubicada en un barrio cerrado de Carmelo, en Uruguay, está planteada a partir de un formato modular.

Cada módulo, flexible en dimensiones y aplicaciones, contiene dos patios que expanden el volumen. Se trata de una propuesta de la arquitecta uruguaya Gabriela Iglesias, cuyo diseño implica un cambio de paradigma.

“Al contrario del concepto tradicional donde la galería acompaña al interior, estos patios son el corazón y el pulmón de la casa”, señala Iglesias, quien diseñó cada rincón para disfrutar en familia.

 

La arquitecta partió de una premisa concreta: el uso racional y eficiente de la energía para reducir tiempos de ejecución, mitigar gastos y potenciar el reciclaje del agua de lluvia.

De esta manera, en sólo cinco meses la vivienda estuvo lista, con la piscina incluida. En el sector de la pileta se destaca un solarium realizado con piezas de aserrín de madera reciclada y resina.

Entre sus características tiene la ventaja de no calentarse con el sol y, además, está siempre seca porque se escurre el agua por debajo. Se colocan sin obra húmeda, ya que son como baldosones de 30 por 30 cm.

Con la incorporación de paneles prefabricados, la arquitecta logró “un modelo replicable que se puede acomodar a cualquier terreno, ya que se basa en isopaneles aislantes y estructuras de hierro de montaje rápido y en seco”, destaca.

“Muchas parejas jóvenes interesadas en la eficiencia energética y el diseño ecológico se vuelcan a este sistema”, agrega Iglesias, que trabajó en el Reino Unido desde 1984 con estudio propio y oficinas en España, Portugal y Buenos Aires.

Ventajas del isopanel

El isopanel, entre sus ventajas, permite mejorar el control térmico y acústico, además de asegurar un bajo mantenimiento. Por otro lado, para acompañar la estética de los paneles solares, la arquitecta modificó la inclinación del techo del quincho. Orientó su instalación en función de articular el lenguaje de la casa a tono con el cuidado del medio ambiente.

La vivienda también cuenta con un sistema de reciclaje de aguas servidas aptas para riego. Además de los amplios ventanales desde los cuales se pueden disfrutar los paisajes de las canchas de golf y polo y la zona de chacras, Iglesias implementó una solución tridimensional.

Luz natural, con ventanales en zig zag van de piso a techo Foto: Gentileza Carlos Lebrato.

“El recurso de los módulos deja a un costado la típica concepción interior/exterior. Desde la cocina, el estar-comedor y alguno de los dormitorios, estos módulos repetitivos incorporan el concepto de loft, aunque con ambientes separados pero visualmente continuos”.

La zona de Carmelo ofrece todas las condiciones para generar un contacto franco con la naturaleza. Rodeada de especies autóctonas, aves y lagunas, el verde ingresa por todos los rincones. “El momento del atardecer es un ritual único e irrepetible”, confiesa Iglesias.

El diseño interior, también a cargo de Iglesias, sorprende por la variedad y calidad del mobiliario y los objetos de decoración, muchos con la firma de autores y artistas uruguayos y argentinos.

Se destacan una mecedora Rocking Horse y una colección de panteras, que la arquitecta atesoró en sus distintos viajes por Londres y Portugal. Otra pieza impactante de la casa es la silla Willow, diseñada por Charles Mackintosh en los años 70.

https://lacritica.com.ar/2022/03/23/una-casa-en-uruguay-disenada-con-parametros-sustentables/

 

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