La basura, ese elemento que deja de ser útil para la actividad a la cual fue diseñado o fabricado, por ejemplo: Zapatos, llantas, computadores, ropa, etc., es decir, ya cumplió su vida útil, al parecer, carece de un valor económico, sin embargo, por medio del reciclaje, es posible agregarle más vida y valor económico cuando éste se convierte en materia prima.
Los especialistas en el tema, estiman que en el mundo y especialmente en el área urbana, anualmente se genera 1,900 millones de toneladas de basura -Waste atlas-. Por supuesto, nuestro país, otrora el país de la eterna primavera, no se escapa de este fenómeno, es decir, también generamos basura, anualmente producimos 3 millones 285 mil 716 toneladas; cada persona acumula un poco más de una libra de desechos o basura al día. Esto es preocupante, toda vez que, a mayor basura mayor contaminación, mayor desastre en el medio ambiente, cambio climático, etc., y adivinen, ¿quién es el mayor causante? Pues, usted y yo. Los seres humanos.
Debemos asumir con más ahínco, responsabilidad y solidaridad la utilización racional de todos los elementos que nos ayudan a tener una razonable y buena calidad de vida, y seguir en ese puesto honroso -numero uno- a nivel latinoamericano, somos el país que menos basura produce, -Banco Mundial, Los desechos 2.0: Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050. Definitivamente hay acciones buenas que hacemos los guatemaltecos y por supuesto, hay que divulgarlas, atrás vienen países como Bolivia, Honduras, Cuba y Perú que hacen su esfuerzo en producir menos basura.
Es impresionante las conclusiones de los especialistas al indicarnos que, de los residuos sólidos generados por el hombre -a nivel mundial-, el 70% llega a los vertederos y solo el 19% se recicla; en nuestro país, el fenómeno es casi similar. Disminuir la producción de basura, es una utopía, es casi imposible, porque la población mundial sigue creciendo segundo a segundo y obviamente con ello, crecen las necesidades básicas de sobrevivencia, en tal sentido, es imprescindible fomentar la educación por el reciclaje, es la única vía para menguar el daño que le estamos haciendo al planeta además proporciona puestos de trabajo que, hoy por hoy, es necesario para ayudar a la economía del hogar, según la gremial de recicladores de Guatemala, en el año 2018, esta actividad generó un promedio de 20 mil empleos.
Sin lugar a dudas, los habitantes de Quetzaltenango -la segunda ciudad en importancia de Guatemala-, tiene su cuota en la producción de basura y todos los efectos negativos que esto conlleva; el uno de marzo recién finalizado, se hizo más visible esta situación por la irresponsabilidad de los que ahora hacen gobierno municipal. Es decir, cuando estaban en campaña, ofrecieron el oro y el moro, ofrecieron quitar o derogar el Plan de Ordenamiento Territorial -POT-, y después de más de dos años en la silla municipal no han cumplido.
Definitivamente, ante tanto atropello a la dignidad de la ciudadanía, la organización es la única vía para hacerse respetar y exigir los derechos que en ley les asiste. Y, aquel político que esté pensando en participar en las próximas elecciones para algún puesto de elección -sobre todo, municipales-, debe pensarlo dos veces, la decisión tomada por los vecinos de las diez comunidades del Valle de Palajunoj es digno de elogio y de admiración, llevan más de 30 días protestando por promesas incumplidas por el señor Juan Fernando López.
Por supuesto que urge un plan de ordenamiento territorial, pero, éste debe estar acorde a las necesidades, usos y costumbres de las comunidades, especialmente las comunidades ancestrales, como lo es El Valle de Palajunoj, que significa “Entre las diez sabidurías”.
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