Un equipo investigador desarrolla una aplicación que será útil para luchar contra el tráfico ilegal de este material.
El mercado internacional de madera mueve cifras enormes, tanto como 3.800 millones de metros cúbicos al año. De la que una parte, entre el 15 y el 30 %, según Interpol, es ilegal. Es decir, procede de bosques sin plan de sostenibilidad, de espacios protegidos, de talas fraudulentas o de guerras. O bien, es de especies incluidas en el Convenio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre, CITES.
Atajar el tráfico de madera de ilegal es, se puede entender, muy importante. Porque las talas ilegales aumentan la deforestación y la pérdida de biodiversidad, ponen en peligro los medios de vida de las comunidades que dependen de los recursos forestales y contribuye al cambio climático. Más los delitos que conllevan: corrupción, blanqueo de capitales y fraudes en el mercado. En dinero, el comercio de madera ilegal supone entre 51.000 y 152.000 millones de dólares.
En este contexto se está desarrollando Go IMAI, una aplicación para móviles capaz de identificar maderas combinando el conocimiento de su anatomía con la inteligencia artificial. En ella trabaja un equipo de 15 personas de las universidades Politécnica de Madrid y de Granada, además de la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera.
¿Cómo funciona? García Esteban lo resume así: «las maderas reciben un tratamiento que permite fotografiar su fibras, -diferentes de unas especies a otras-, con una lupa incorporada aun teléfono móvil y que actúa como un microscopio. microscopio. Así las características anatómicas resultan muy visibles. Esas fotos forman parte de un banco de imágenes de 400 maderas, de tal manera que un agente, un industrial o, incluso, un consumidor, puede hacer una foto, también con una lupa incorporada al móvil, a un pequeño trozo de madera que desee identificar, el sistema la compara con las del banco de imágenes y obtendrá respuesta de cuáles pueden ser.
Disponible para todas las aduanas del mundo
Para García Esteban, «ni social ni ambientalmente será una aplicación más. No es solo una innovación, que lo es. La posibilidad de reconocer maderas mediante Inteligencia Artificial, es oportuno y necesario -enfatiza-. Es una herramienta de primerísimo nivel, muy fácil de utilizar y con la que mejorar y avalar el comercio de madera legal, que es el mayoritario por otra parte. Y también una ayuda para bajar la tala ilegal. Solo reducirla un 3 por ciento, sería muchísimo a todos los niveles».
La previsión es que esté terminada y disponible en marzo de 2023. El propósito del grupo investigador, es que «la aplicación presente en todas las aduanas del mundo de manera absolutamente gratuita. Esto significará que nuestro gobierno, nuestras universidades y la asociación estamos trabajando por un hito común y seremos referencia a nivel internacional».