¿Qué son los edificios sostenibles?

Los edificios sostenibles son aquellos que tratan generar un impacto medioambiental positivo en su entorno. Es decir, buscan mejorar la calidad de vida de la ubicación en la que se edifican.

Este objetivo se tiene en cuenta desde el inicio del proyecto, por lo que, ya en su construcción, se evitan las emisiones de CO2 y se opta por energías renovables en la medida de lo posible. Asimismo, más allá de su construcción, las viviendas deben estar enfocadas a un uso sostenible y que, al mismo tiempo, propicie el bienestar de sus usuarios. 

¿Cuáles son las principales características de los edificios sostenibles?

Como puedes ver, el principal propósito de los edificios sostenibles reside en la eficiencia energética y el respeto tanto al medio ambiente como a las personas que habitan en ese entorno. 

Para generar este impacto medioambiental positivo y garantizar un bienestar ambiental y energético, resulta imprescindible que este tipo de viviendas cumplan con las siguientes características:

• Ubicación: la vivienda no debe situarse en entornos especialmente sensibles en el plano medioambiental, es decir, debe estar en armonía con el ecosistema y su ubicación no puede afectar a la naturaleza. De esta manera, esta misma debe favorecer el uso del transporte público como alternativa a la contaminación que generan los vehículos privados. Además, ha de ser un lugar en el que su construcción aporte beneficios sociales, sanitarios o sostenibles.
• Diseño innovador: el diseño de estas viviendas debe ser innovador, con el foco puesto en la sostenibilidad. Sobre todo, estos edificios deben disponer de recursos para facilitar el reciclaje de sus desechos. No obstante, al mismo tiempo, tienen que combinar los criterios prácticos y estéticos requeridos actualmente.
• Materiales sostenibles: la construcción de edificios sostenibles debe priorizar el uso de materiales sostenibles a lo largo de todo el proceso, con el fin de minimizar de forma drástica su huella en el planeta.
• Consumo responsable: hacen un uso eficiente del agua, desde su construcción hasta en el día a día, y deben minimizar el consumo energético. Asimismo, se caracterizan por usar energías renovables.
• Calidad de vida para sus ocupantes: los edificios sostenibles deben garantizar el bienestar de sus usuarios en cuanto a condiciones ambientales y al resto de necesidades básicas, como la luz o el agua.

¿Son lo mismo los edificios sostenibles, ecológicos y verdes?

En determinados contextos es habitual que se confundan los términos sostenible, ecológico y verde. Sin embargo, en el caso de los edificios, sus significados son notablemente diferentes. 

Por un lado, los edificios verdes muestran en su construcción un número significativo de árboles, zonas ajardinadas o jardines. En cambio, los edificios sostenibles, como ya hemos mencionado, cuentan con un diseño que optimiza los recursos naturales, de manera que su construcción minimiza el impacto ambiental. 

Por otra parte, los edificios ecológicos van un paso más allá que los edificios verdes y los sostenibles, ya que únicamente permiten el uso de materiales ecológicos en su construcción. Es decir, en este tipo de viviendas, el impacto medioambiental no puede ser neutro, sino que es imprescindible que este mismo sea positivo.

Ejemplos de edificios sostenibles

Si un edificio cumple con las características necesarias como para considerarse un edificio sostenible, puede obtener una certificación LEED (del inglés, Leadership in Energy and Environmental Design) que avale su condición. 

Esta certificación fue desarrollada por el Consejo de Construcción Verde de Estados Unidos en 1993 y acredita que un edificio está construido con estándares de ecoeficiencia y cumple con las normas y requisitos para ser sostenible. Sin ir más lejos, en la actualidad, hay más de 14.000 construcciones que poseen la certificación LEED.

Y es que, si bien puede parecer que los edificios sostenibles son una idea más bien futurista, lo cierto es que son una realidad. En este sentido, a continuación, te presentamos algunos ejemplos de edificios sostenibles que existen en el mundo:

• Turning Torso: es una construcción ubicada en la ciudad sueca de Malmö y diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava. Una de sus características principales, además del propio diseño en forma de columna vertebral retorciéndose, es que la totalidad de la energía que se consume en el rascacielos es renovable y se genera en la zona.
• Alliander: en Duiven, Países Bajos, se encuentra la sede de una compañía eléctrica que da nombre a este edificio. Toda su energía se genera con placas solares y se aprovecha mediante un sistema de almacenamiento térmico subterráneo. Además, está diseñado para obtener la máxima cantidad posible de luz natural para ahorrar en consumo eléctrico.
• Torre Reforma: es uno de los edificios sostenibles más innovadores de todo el mundo y está situado en Ciudad de México. Produce su propia energía mediante sistemas solares, eólicos e hidráulicos y gestiona la climatización de todo el rascacielos a través de sensores e inteligencia artificial.

Por qué es necesario promover los edificios sostenibles

Todos los Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a alcanzar 17 objetivos antes del año 2030, los cuales se conocen como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

Entre ellos, se encuentra el Objetivo 11, Ciudades y comunidades sostenibles, cuyas metas principales residen en reducir el impacto ambiental per cápita en las ciudades. No obstante, a día de hoy, el 90% de los habitantes de zonas urbanizadas respira aire que no cumple con las normas de seguridad establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al mismo tiempo, cabe destacar que este objetivo —al igual que el resto— también plantea la reducción de las desigualdades en la sociedad. Sin embargo, en la actualidad, más de 880 millones de personas residen en barrios marginales.

Teniendo estos datos en cuenta, es posible comprobar que todavía estamos lejos de alcanzar estas metas. No solo eso, sino que la masificación y el consumo de recursos sigue creciendo en zonas urbanas a un ritmo vertiginoso, por lo que se requiere de mayores inversiones en innovación e infraestructuras con el fin de paliar las urgencias del planeta.

Sin duda, el futuro requiere de una revolución medioambiental para garantizar un desarrollo sostenible, pero, para ello, es imprescindible contar con los conocimientos y las habilidades necesarias que hagan posible una transición verde. 

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