Además de limpiar el ambiente, reducen los contaminantes al momento de su producción.
Los autos eléctricos, sin importar la marca, van más allá de eliminar el uso de combustibles fósiles. Implica redimensionar diferentes procesos que terminan por crear un producto con nueva ideología, en búsqueda de lograr el menor impacto ambiental.
Volkswagen tiene esto en mente con la fabricación de sus modelos eléctricos, y se une a la ola de fabricantes que emplean desechos de botellas de plástico y otro tipo de basura que flota en el mar.
D.Buzz, el primero en usar estos materiales
La Combi fue parte de la historia de muchas personas alrededor del mundo, y su reinterpretación actual es el ID.Buzz, con la misma “buena onda” y colores llamativos pero con un tren motriz totalmente eléctrico.
Con la “buena onda” que caracteriza al modelo, la marca emplea botellas de PET, plástico que flota en los océanos y otro tipo de desechos para crear diferentes componentes del interior.
Por ejemplo, la tela de los asientos es de este tipo de elementos pero procesados de tal manera que se transforman en hilo. Por otro lado, el uso de poliéster reciclado está presente en la parte interna del techo y como material aislante de ruido.
Menos basura y menos gases contaminantes
Además de ser una solución interesante para el planeta, este tipo de procesos reducen la cantidad de electricidad y agua requeridos para su producción. A su vez, esto disminuye las emisiones de gases contaminantes.
De acuerdo con Volkswagen, las soluciones empleadas para la producción de estos componentes presentes en el ID.Buzz reducen hasta en 30 por ciento la cantidad de dióxido de carbono, comparado con procesos que inician desde cero.
Pero esta filosofía no es exclusiva del ID.Buzz, pues el resto de modelos eléctricos de Volkswagen, como el ID.3 o el ID.7 también recurrirán a ello. Incluso, la pintura que se emplea en los insertos de tipo aluminio del interior tiene una base que es menos agresiva con la atmósfera.