El estudio de la ANDI revela barreras en la reciclabilidad de plásticos en Colombia y propone mejoras en diseño y comunicación.
Recientemente, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) presentó un estudio sobre el potencial de reciclabilidad de envases y empaques en Colombia, utilizando la metodología de pensamiento sistémico aplicado al reciclaje (ASTRX). Este informe, que analiza cinco familias de materiales, destaca las oportunidades de mejora, las barreras existentes y las mejores prácticas para promover el cierre del ciclo de vida de los productos.
Hablamos con Felipe Belalcázar, Subgerente de innovación y estrategia Visión 3030 en ANDI, y editor del estudio, sobre los principales hallazgos en materia de la industria del plástico. Este estudio nació por la necesidad de involucrar las condiciones locales de reciclabilidad de todas las corrientes de envases y empaque posconsumo, en los aspectos operativos y financieros del programa Visión 3030.
Incentivos y comunicación al consumidor: claves para la mejora continua
Tecnología del Plástico (TP): ¿Podrías contarnos acerca del estudio sobre el potencial de reciclabilidad de envases y empaques en Colombia?
Felipe Belalcázar, Subgerente de innovación y estrategia Visión 3030 en ANDI (FB): Este estudio surge de la necesidad de caracterizar y evaluar la reciclabilidad de diferentes materiales de empaque en Colombia, utilizando la metodología de pensamiento sistémico aplicado al reciclaje (ASTRX). Evaluamos nueve variables en cinco eslabones de la cadena de valor. Entre los hallazgos más significativos, encontramos una falta de incentivos claros para el aprovechamiento de los residuos, especialmente en lo que respecta a incentivos regulatorios. Aunque existen algunos incentivos para la recolección, como las tarifas para los recolectores, son de difícil acceso. Además, la comunicación hacia los consumidores sobre la reciclabilidad de los empaques es insuficiente, lo que dificulta una adecuada separación y reciclaje. Nunca es suficiente la comunicación que se transmite hacia el consumidor a través del empaque, en ninguno de los materiales.
TP: ¿Por qué es tan importante la metodología ASTRX y cómo se adaptó para este estudio?
FB:La metodología ASTRX fue esencial porque nos permitió evaluar de manera cuantitativa y cualitativa la reciclabilidad de los materiales. Inicialmente, queríamos crear una caracterización de los materiales que fuera útil para las cuotas de contribución del programa REP. Evaluamos varias metodologías internacionales, pero ASTRX fue la que mejor se adaptó a nuestra realidad local, ya que pudimos incluir dos variables que no estaban en la metodología original como la regionalidad e incentivos regulatorios. Esta metodología permite una adaptación local, lo que la hace aplicable a diferentes regiones y contextos, algo que no encontramos en otras metodologías más específicas de Estados Unidos o Europa.
TP:¿Qué conclusiones se obtuvieron en relación a los plásticos rígidos y flexibles?
FB: La conclusión principal es que, aunque hay cadenas de valor más maduras, como las del PET, polietileno de alta densidad y PP, todavía existen grandes oportunidades de mejora. El principal reto es la falta de mercados finales robustos que permitan un reciclaje efectivo. Claro, efectivamente estos plásticos tienen su mercado relativamente desarrollado, pero todavía hay oportunidades en transformación. En muchos casos, estamos infra-reciclando, es decir, degradando el material sin agregarle valor. Esto ocurre debido a la falta de tecnología adecuada y a las características inherentes de los materiales. Por ejemplo, aunque hay tecnologías para el reciclaje botella a botella, en otros casos como los laminados flexibles, se termina haciendo madera plástica, lo cual es una forma de degradación del material.
TP:
¿Cuál es la importancia del diseño en la reciclabilidad de los plásticos flexibles?
FB:
El diseño es crucial, especialmente cuando se trata de evitar multimateriales colaminados, que son difíciles de reciclar. Aunque las empresas sí están explorando alternativas, muchas veces lo hacen de manera conservadora. Desafortunadamente, cuando tenemos multimateriales colaminados de diferentes resinas, la principal salida que tenemos del aprovechamiento es madera plástica. Nuevamente es una degradación del material y ese mercado ya cada vez más está más saturado, no está teniendo tanta salida. Entonces volvemos al inicio del ciclo. Si no hay mercado, no fluye en la cadena de valor, por ende, la reciclabilidad se ve disminuida. En cambio, cuando podemos mantener los materiales aislados monomateriales, las salidas son mayores y te da una mayor oportunidad de aprovecharlos y agregarles valor.
La gran barrera aquí es la falta de tecnología para producir materiales reciclables que cumplan con los altos estándares de calidad, especialmente en el sector alimenticio. Además, existe una tendencia al sobredimensionamiento del empaque, donde se utilizan barreras innecesarias que prolongan la vida útil del producto más allá de lo necesario, basándose en estándares de calidad que a menudo no corresponden con la realidad del ciclo de vida del producto.
TP: ¿Qué otros hallazgos importantes se destacaron en el estudio?
FB:
Además del sobredimensionamiento de los empaques, identificamos que muchas empresas no cuentan con equipos especializados en materiales de empaque. Estamos usando barreras que el producto no necesita por su ciclo de vida de consumo, no necesita porque lo hacen desde la producción. Yo creo que es un poco desconocimiento por un lado y, por otro, estándares de calidad muy altos a lo que el producto necesita. Esto limita la capacidad de innovar y explorar alternativas más sostenibles. Las decisiones de compra y abastecimiento de materiales de empaque a menudo se toman desde una perspectiva de costos, sin considerar la viabilidad técnica o las implicaciones ambientales. Esto muestra la necesidad de un mayor acompañamiento técnico y fortalecimiento de los departamentos de innovación y desarrollo dentro de las empresas. Desde el colectivo estamos intentando abordar estos temas y a través de diferentes marcos de ecodiseño en los que se pueda explorar con otro tipo de materiales.
TP: ¿Qué impacto crees que este estudio podría tener como guía para otros países de Latinoamérica?
FB: Un atributo que nos inclinó hacia esta metodología es su adaptabilidad. Hicimos algunos ajustes menores, como la definición de criterios y la inclusión de variables específicas, para asegurar que fuese aplicable en cualquier región. Aunque no pudimos llevarlo a cabo por falta de presupuesto, esta metodología podría aplicarse en otros países como Perú, Ecuador, Bolivia, entre otros. Esto sería especialmente relevante en la coyuntura actual, donde muchos países están en proceso de redacción de leyes o implementación de normativas recientes.
Metodología
Para determinar el potencial de reciclabilidad de los empaques y envases en el marco de Visión 30/30 de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), se revisaron diversas metodologías y se adoptó la metodología ASTRX (ApplyingSystemsThinking to Recycling) (2018). Esta metodología, desarrollada por TheRecyclingPartnership y TheSustainablePackagingCoalition®, cumplía con los requisitos necesarios, incluyendo un enfoque por material, un componente educativo y la consideración de los diferentes eslabones de la cadena de aprovechamiento.
La metodología ASTRX tiene como objetivo explorar las características de recuperación y los desafíos a lo largo de la cadena de valor, incluyendo los mercados finales, transformación, acondicionamiento, recolección y consumidores. En 2020, se aplicó la primera versión adaptada a los materiales de Visión 30/30, generando resultados iniciales que luego fueron revisados y ajustados a través de retroalimentación de las partes interesadas. Esta retroalimentación condujo a la segunda versión de la metodología en 2022, que incluyó mejoras en los criterios de evaluación, herramientas de consulta, número de corrientes de materiales y un alcance regional ampliado.
Dentro del proyecto Visión 30/30, se clasificaron los materiales según la Resolución 1407 de 2018, destacando 48 corrientes de material agrupadas por cinco familias de material, de las cuales dos corresponden a plástico flexible y plástico rígido.
Fuente: https://www.plastico.com/es/noticias/nuevas-oportunidades-y-retos-en-el-reciclaje-de-plasticos-en-colombia