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La firma valenciana dispara las ventas de sus productos reciclados, pero su facturación global retrocede un 6%, hasta los 147 millones.

 El plástico nos rodea. Y parte de ese plástico tiene el sello de Sp-Berner, que cumple 60 años en el sector. Tras concentrar toda su fabricación en sus tres factorías de Valencia, dedica buena parte de sus esfuerzos al reciclaje de plástico de alta calidad comprando 20.000 toneladas en vertederos para su reutilización. En un solo año, las ventas de este producto se dispararon un 77%. Su objetivo es que, en “tres años, la empresa no se parezca nada a la actual”, adelanta Jorge Escarpa, consejero delegado de la firma y nieto del fundador.

La mercantil de Aldaia (Valencia, 33.350 habitantes) suministra cepillos de dientes y productos de limpieza a Mercadona, sillas y cajas herméticas a Ikea, mobiliario a Carrefour, y ha alcanzado acuerdos con cerveceras como Mahou o Damm para amueblar más de 150.000 terrazas por toda España. Su catálogo está formado, explica el directivo, por cuatro áreas que incluyen también tapones y cierres de botellas, cajas para el transporte de materiales y palés de plástico, que están sustituyendo a los de madera para clientes industriales. Por último, cuentan con una división para material reciclado surgida en 2010.

Escarpa explica que 2022 fue un año “muy duro en el que no pudimos repercutir todo el coste al cliente”. Así que decidieron “invertir más en plástico reciclado” e instalar placas solares. Hasta el 60% de la energía que consumen procede de fuentes renovables. “Nos recuperamos del susto el año pasado”, admite Escarpa. “Saneamos el catálogo, mejoramos la eficiencia en inversiones y producción, y repercutimos las bajadas a clientes y distribuidores”.

Tras una inversión de 12 millones en I+D+i y en mejoras de digitalización y estructuras, la empresa cerró el ejercicio con una facturación de casi 147 millones de euros, un 6,7% menos que en el año anterior, y un beneficio antes de impuestos de 12,5. El responsable de la firma achaca la caída a que si suben los precios con el alza de los costes, también deben bajarlos cuando estos descienden: “Nuestros consumidores son muy sensibles al precio de los productos y queremos seguir subiendo en cuota de mercado”, asegura.

El comercio electrónico supone un porcentaje mínimo de su facturación, pero les da la visión de lo que quiere el consumidor. Con el trato directo se acercan también a los orígenes de la empresa, que nació en 1964 de un finiquito pagado en especie. “Mi abuelo, Julián Escarpa Ochoa, trabajaba en una empresa que quebró”, relata el consejero delegado, “y le indemnizaron con una máquina rara que servía para inyectar piezas de plástico”. Sin formación “y sin un duro, prácticamente a ciegas, comenzó a fabricar piezas de plástico que sustituían a otras de madera, con la intuición como única tecnología punta”, bromea. “Empezó en su casa y fue contratando a la gente de su barrio, pero las instalaciones se quedaron pequeñas y tuvo que construir la primera fábrica. En los años setenta, mi padre, Julián Escarpa Gil, tomó el relevo y con él se dio el gran salto de crecimiento, tanto de la internacionalización como de la cartera de clientes”. Desde 2021, Jorge Escarpa está al frente de la firma.

Sp-Berner tiene una plantilla de 800 empleados, distribuidos en tres fábricas en Aldaia, Xiva y Torrent. En este triángulo, cercano a la capital valenciana, reunieron toda su producción en 2022, con el traslado de la fabricación de cepillos dentales que durante 12 años se elaboraban en China. Presentes en 50 países, tienen el foco situado sobre España, Portugal, Francia y el Reino Unido.

 

Fuente:  https://elpais.com/economia/negocios/2024-09-18/sp-berner-la-empresa-de-los-cepillos-de-dientes-de-mercadona-que-ha-tenido-que-bajar-precios.html

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