La Real Fábrica de Cristales, construida en 1727, no sólo es "un destino turístico y cultural sostenible y de primera magnitud", sino un laboratorio para impulsar el reciclaje de vidrio a través de un elemento de futuro, el hidrógeno "verde", sin perder de vista las técnicas artesanales del pasado.
Así lo ha explicado en una entrevista con Efe su director gerente, Javier Ramos Guallart, quien aspira a convertir esta entidad en "un centro abierto de referencia internacional en la nueva economía circular" teniendo en cuenta que el vidrio es un material "infinitamente reciclable" y además "el más fácil de reciclar", porque "se puede fundir y moldear para fabricar otros productos sin perder un ápice de su composición".
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