Uno de los principales problemas al que se enfrenta la industria automotriz con los coches eléctricos es el reciclaje de las baterías cuando estas dejen de estar operativas. Unos investigadores de la Universidad de Agder han ideado un sistema muy prometedor.
Este es uno de los principales problemas a los que se enfrentan quienes promueven la transición a la movilidad eléctrica, ya que aún no existen técnicas suficientemente efectivas como para evitar que esto se convierta en un problema medioambiental.
«El objetivo es automatizar y agilizar el desmontaje de las baterías de los coches eléctricos, clasificar los componentes y prepararlos para el reciclaje», dice el profesor asociado Martin Choux, de la Universidad de Agder (UiA).
Junto con el profesor asociado Ilya Tyapin, del Departamento de Ingeniería de la UiA, Choux completó el proyecto de investigación de cuatro años Libres (Reciclaje de baterías de iones de litio) antes del verano.
El proyecto de investigación fue una colaboración con Norsk Hydro, Elkem Carbon, Batteriretur y Glencore Nikkelverk, entre otros, y fue financiado por el Consejo de Investigación.
Un robot reciclador
El nuevo método lleva a cabo el desmontaje automático de baterías de automóviles eléctricos utilizando robots con brazos de agarre ajustados. El robot está a su vez controlado por una avanzada cámara 3D con inteligencia artificial.
En concreto, las pinzas del robot clasifican los componentes de las baterías hasta el punto de distinguir los diferentes tipos de plásticos utilizados en las celdas y módulos de las baterías.
Dicho robot es capaz de extraer esos plásticos de la batería, permitiendo a su vez un reciclaje mucho más eficiente de los materiales clave: el litio, el cobalto, el cobre, el aluminio y el níquel.
«La masa reciclada que obtenemos está libre de partículas de plástico y hay menos clasificación posterior. Alrededor del 40% del contenido se clasifica por adelantado», dice Choux.
Antes de que los brazos de agarre del robot comiencen a desmontar la batería del coche eléctrico, la inteligencia artificial ha detectado todas las piezas de la batería y ha calculado su ubicación exacta.
«El desmontaje debe hacerse en un orden correcto que difiere entre los alrededor de 300 tipos de baterías de coches eléctricos que existen. Al desmontar, nunca se sabe del todo el estado de la batería. La inteligencia artificial debe ser precisa para detectar si la batería está sucia, cómo funciona y si se ha dañado parcialmente antes de que comience el desmontaje», dice Tyapin.
Medio millón de coches eléctricos y más de 300 tipos de baterías
El objetivo final del proyecto de reciclaje robotizado es ofrecer una solución al final de la vida útil de medio millón de vehículos eléctricos que Noruega espera tener circulando en sus carreteras en 2025.
A medida que los coches eléctricos cumplan su ciclo vital, el reciclaje se convertirá en un problema o en una solución, dependiendo de cómo de preparada esté la industria para ello.
Como ya ha avanzado Tyapin, existen más de 300 tipos de baterías de coches eléctricos que deben manejarse de diferentes maneras. En el caso de desmontaje manual, cada batería demanda dos personas y en torno a 45 minutos. El desmontaje también está asociado con el riesgo de explosión y el riesgo de fuga de materiales tóxicos.
«El objetivo es que nuestro método sea eficaz y seguro. El desmontaje está automatizado y debe ser capaz de manejar con eficacia grandes volúmenes de baterías de automóviles eléctricos», concluye Tyapin
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