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España suspende en economía circular a pesar de que es crucial para abordar los actuales desafíos ambientales y reducir la dependencia exterior en términos de materias primas, según se desprende de los datos de un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), en el que se alerta de que, además de presentar una baja tasa de circularidad, el país está a la cola en innovación en la materia.

Aunque en poco más de 20 años, España ha pasado de liderar la generación de residuos en la Unión Europea (UE) a ser la nación que menos basura genera por habitante en 2021, "aún queda bastante camino por recorrer en el desarrollo de la economía circular", pues sus tasas de reciclaje son muy reducidas: solo se recupera el 48 % del total de residuos, 10 puntos porcentuales menos que la media de la UE-27 (58 %).

Esto da como resultado "una tasa de uso circular de materiales muy modesta", según el documento, elaborado con datos de Eurostat y en el que se que advierte de que, incluso, ha empeorado entre 2010 y 2022, con una caída de 3,3 puntos, del 10,4 al 7,1 %.

Cambio cultural

Para poder aprovechar el potencial de la economía circular se necesita más inversión en I+D, ecodiseño y ecoinnovación y la colaboración de todos los agentes públicos y privados, así como de los usuarios, que deben apostar por este modelo que busca cambiar la forma en que producimos, consumimos y gestionamos los recursos.

A diferencia del modelo lineal tradicional (extraer, fabricar, usar y desechar), la economía circular promueve la reutilización, la reparación, el reciclaje y la reducción de residuos. Así, en lugar de considerar los productos al final de su vida útil como desechos, se buscan maneras de reintroducir esos materiales en la cadena productiva.

En este sentido, la economía circular se considera "crucial" para abordar desafíos ambientales, reducir la dependencia de recursos no renovables y de proveedores externos de materias primas, así como para fomentar la innovación.

Por ello, la UE ha establecido unos ambiciosos objetivos en el Plan de Acción para la Economía Circular (uno de los pilares del Pacto Verde Europeo), que persigue aumentar la eficiencia de los recursos mediante un diseño de productos que favorezca su durabilidad y fácil reparación, la promoción de su reutilización y reciclaje, la gestión sostenible de los recursos naturales y la minimización de los residuos.

Para fiscalizar su cumplimientos, la Comisión Europea ha establecido un marco de seguimiento que incluye el análisis de diversos indicadores agrupados en cinco áreas: producción y consumo; gestión de residuos; materiales brutos secundarios; competitividad e innovación y sostenibilidad global y resiliencia.

Luces: menos basura por habitante

Entre 2004 y 2020, en España, los residuos generados per cápita (incluyendo actividades económicas y domésticos) se redujeron un 40 % debido, fundamentalmente, a la bajada de los residuos químicos (68 %), madera (69 %), textiles (50 %) y plásticos (50 %).

En el caso de los urbanos, que suponen el 20 % del total,  es el país, de entre los países con más PIB de la UE, que más ha recortado los kilos de residuos por habitante desde principios de siglo, con un retroceso del 32,5 %.

Esto le ha permitido pasar de ser la nación que más residuos urbanos per cápita generaba en 2000 (653 kilos/año) a ser el que menos producía en 2021 (472 kg/año). Casi 200 kilos menos en poco más de 20 años.

Sin embargo, estos buenos resultados no se repiten en otros tipos de residuos, como los electrónicos, que se han más que duplicado entre 2009 y 2018, o los envases y embalajes, que han crecido un 12 % desde principios de siglo. El aumento de la cuantía de estos desechos es un fenómeno compartido por el resto de los países de la UE y se explica por la digitalización y la generalización del comercio online.

Sombras: baja tasa de recuperación

Por contra, España no aparece bien posicionada en los indicadores sobre tratamiento de residuos y se sitúa en los últimos puestos en cuanto a tasa de reciclaje de residuos urbanos, con solo un 36,7 % de recuperación, 12 puntos por debajo del promedio de la EU-27 (48,7 %) y lejos de comparables como Alemania (67,8 %), Holanda (57,8 %), Italia (51,9 %) o Francia (43,8 %).

Algo parecido sucede si se compara la tasa de reciclaje de la totalidad de los residuos: 48 % en España frente a 58 % en la UE-27.

Aun así, añade el informe, hay que destacar que desde principios de siglo las tasas de reciclaje españolas han aumentado considerablemente, sobre todo en residuos urbanos (99 %) y determinados desechos, como envases y embalajes (76 %).

Uso circular, de mal en peor

La debilidad en términos de reciclaje provoca que la tasa de uso circular de materiales -relación entre el uso circular de materiales y el uso general-, estçe también por debajo de la media de la UE-27. Así, en 2022, fue del 7,1 %, frente 11,5 % de la media europea y muy alejada de la de países como Holanda (27,5 %), Francia (19,3 %), Italia (18,7 %) o Alemania (13 %).

Además, advierte el informe, es "preocupante" la evolución de este indicador, pues en lugar de mejorar con el paso del tiempo, como ha ocurrido en el resto de economías, en España se ha reducido, perdiendo 3,3 puntos porcentuales entre 2010 y 2022.

"Se están desaprovechando recursos en un contexto en el que las materias primas son cada vez más escasas y caras". En España, las actividades relacionadas con el reciclaje y la recuperación de materiales suponen el 1,9 % del PIB, frente al 2,1 % de media europea (2,1 %).

En términos de empleo, el peso es algo más alto en España (2,3 %) que la media de la UE (2,1 %) de la UE debido seguramente a que estos sectores son tecnológicamente menos avanzados en España.

A la cola en innovación

Por otra parte, la EU-27 apenas registra una patente relacionada con la economía circular por cada mil habitantes y España figura en los últimos puestos, con 0,4 patentes por cada mil habitantes de media en la última década.

Tampoco destacamos en el área del ecodiseño y la ecoinnovación, cuyo objetivo es el desarrollo de productos sostenibles que minimicen la generación de desechos no recuperables, según la misma fuente.

Así, en 2022, España se situó un 4 % por debajo de la media europea en el índice de ecoinnovación (mide la situación de los países europeos según diferentes dimensiones relacionadas con la ecoinnvoación), una diferencia aún mayor respecto a países como Alemania (22 %) o Francia (13 %).

 

Fuente:  https://efeverde.com/reciclaje/

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